La policía de balcón juzga a cualquiera, sin importar su condición
- No Son Tabú
- 31 mar 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 2 jun 2020
Gerard Casado Oliveras
Hace un par de días, mientras miraba Twitter, vi el vídeo de José Manuel Barbé, un padre de Leganés, que exponía en las redes el haber recibido insultos de otros ciudadanos por pasear junto a su hijo Adrián, que padece de autismo. “El Boletín Oficial del Estado recoge una instrucción que especifica una excepción a la cuarentena y permite que salgan a la calle, con un acompañante, las personas con discapacidad que tengan “alteraciones conductuales”, como aquellas diagnosticadas con espectro autista y conductas disruptivas”, así lo recoge Civio.es. Pero el caso de José Manuel y Adrián, también encontramos el caso de Victoria Vivancos y su hijo Pablo de 22 años, que padece autismo, su caso está recogido en el artículo de El País de Noor Mahtani. Ante la situación excepcional que estamos viviendo, muchos ciudadanos están adoptando el papel de “policía de balcón”, así lo nombra Mahtani en el artículo, pasando gran parte del día vigilando a ver quién infringe el confinamiento y recriminarle, a veces rozando el insulto e incluso lanzando algún escupitajo (viva el civismo), qué no debería estar en la calle. Lo que obvian estos “ciudadanos de bien” es que quizá estén increpando a alguien que sale o vuelve de trabajar o a padres como José Manuel que tienen que salir de casa junto a su hijo por el bien de su salud.
La cuarentena nos está afectando a todos en mayor o menor medida. Seamos claros, quedarnos en casa tanto tiempo no le gusta a nadie. Pero quienes peor lo están pasando son aquellos que padecen un trastorno mental y sus familiares. La gran mayoría de ellos encontraban el salir a la calle como un momento de paz interior, un breve instante que les servía para desconectar del mundo exterior que se le tira encima y conectar con el mundo interior. Un paseo de media hora podía llegar a ser algo terapéutico para muchos de ellos y de la noche a la mañana, no pueden salir de casa. Llevamos solo una semana de confinamiento y son más o menos llevaderos, pero si hasta a nosotros nos está costando quedarnos en casa, ¿cómo no les va a costar a ellos? A todo esto, súmale el miedo que tienen familias como las de Adrián a salir de casa y ser increpado o insultado. En el vídeo, José Manuel comenta que a su hijo no le afectan los insultos ya que está feliz con su patinete dando vueltas en la pista, pero a él sí y como él hay muchos familiares con hijos con trastornos mentales que se sienten acosados cada vez que salen a la calle con ellos. Y lejos de propagar el espíritu “Quédate en casa” que tanto se lleva ahora, se están mostrando una falta empatía por el vecino y de educación muy grande por parte de la población española. Si de verdad queréis ayudar en esta situación hablad con vuestro vecino, preocuparos por él y echadle una mano en todo lo posible en lugar de recriminar sus movimientos constantemente ni decirle que debe hacer, no eres policía.
Limitémonos a quedarnos en casa y hacer nuestra vida, no conocemos en qué situación está la otra persona y el daño que podemos causar diciéndoles según qué.
Comments